La Plata, Ciudad Generosa

La vida pende de un llamado que nadie atiende La Provincia gasta fortuna en publicitar un servicio que no funciona: el 911 3 comentarios Mucha promoción, regular funcionamiento. Mientras la demanda de mayor seguridad es el reclamo que más se escucha, desde la Provincia se responde con programas que apuntan a reducir los distintos delitos con diversas estrategias. Como herramienta, el ministerio de Seguridad y Justicia, se vale del servicio de la Central de Atención Telefónica de Emergencias 911. Sin embargo, las quejas sobre el mal funcionamiento de esta prestación se amplían cada vez más. El Ministerio comandado por Ricardo Casal tiene un slogan: “La seguridad la hacemos entre todos”. Para lograrlo “invitan” a que todos los ciudadanos denunciemos situaciones delictivas que nos atañen, que observamos o que sabemos mediante el uso del servicio de la Central de Atención Telefónica de Emergencias 911. Lo lamentable, desesperante y triste es encontrarse sin respuestas a la hora de querer denunciar cualquier tipo de delito. Varios vecinos de la Provincia se han comunicado con NOVA para, justamente, denunciar que tras marcar 911 la única respuesta inmediata y urgente que llega es la desolación. Según los denunciantes, tras el llamado, una computadora responde: “Usted se ha comunicado con la Central de Emergencias de la Provincia de Buenos aires. Aguarde por favor. No corte”. El pedido de “aguarde por favor” se extiende por un plazo no inferior a los 10, 15 minutos. Una vez que un operador “de carne y huesos” atiende, pide al desesperado vecino que vuelva a aguardar porque lo va a transferir con el área correspondiente. Eso demora 10 minutos más.
Mientras el tiempo pasa, quien denuncia corre peligro. Si quien llama es una persona que denuncia disturbios callejeros, seguirá soportándolos hasta que alguien se digne a mandar un patrullero. Si quien llama ha padecido un asalto, una violación o un secuestro, a aguantárselas hasta que alguien quiera darle una mano. Si quien llama es un herido…lamentablemente morirá. En diversas ocasiones escuchamos, vemos, leemos que muchas víctimas de accidentes de tránsito o de la inseguridad, mueren antes que llegue ayuda. Como el caso del accidente vial de la familia Pomar, ocurrido en 2009, cuando a pesar de que el ministro era otro, la eficiencia era la misma; o el caso del conductor ebrio de la ruta 11, el verano pasado, que dejó como saldo fatal un muerto, pese a que durante 20 minutos un oficial de policía filmó la situación y se comunicó 3 veces con el servicio. La ayuda, según Casal llega desde el Estado que está ahí, detrás del tubo preocupado por vos y decidido a ocuparse de vos. Menos palabras y más acción. Si nadie atiende el 911, hay dinero que se está perdiendo, pero sobre todo vidas que se están perdiendo.

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